
Santiago 17 Noviembre 2007No estabas ahí, te esperé creyendo que podias estar ahí, mientras imaginaba que vendrías por mí. Pero no, no apareciste dejándome caer las lágrimas que ahorraba para mi sufrir. Hasta bebiendo de lo que sobraba para los dos, cuando observaba las sonrisas contagiosas que ascendía aquello lugar. Me dejaste marchar como un vago sin hogar, aunque todavía me quedaba respirar otro aire puro. Lo siento, me sentí rechazada. No me...