lunes, septiembre 1

Posted by Anónimo Posted on 10:05 | No comments

El abrazo


Quedé pensando en la buena luna llena que iluminaba tu rostro de tez morena, mientras tu expresión perfila tu brillante sonrisa. Aunque de atónita fui, al ver tu llegada bajo el sol radiante cubierto de calor de adrenalina, sin aliento alguno que respirar en tu dulce y amargo aroma. Creí que era todo un sueño cuando tus ojos penetraron hacia el primer beso apasionado que fue marcado a mis labios sin pensar del prolongado tiempo distanciados que ya era casi imposible de rastrear el gran sello de amor. Que no me esperaba ese sentimiento fuerte en mi despertar junto a tu mirada tan fija en mi abrir de ojos cuando crei que todo podría ser el color mariposa. Pero el instante podría ser inoportuno si no me abrazarías con tus recuerdos armoniosos, como al sabor dulce de una manzana cubierta de azúcar derretida que deja el más bello día para disfrutar de la dulzura, así como un niño que por primera vez prueba el más delicioso y corre saltando sin cesar de felicidad amando a la vida tan dulce. Y así fue el abrazo, como en los tigres de piel blanca que se encariñan mutuamente, como último abrazo de despedida, el récluta del ejército vuelve a la ciudad y abraza a su novia locamente, como el abrazo más marcado a un ser querido que termina su vida para morir, como la madre a su hijo llendo al primer día de clases, como el abrazo del nunca jamás. No sé cómo nombraría ese abrazo, ni cómo definirla para que sea destacado en la historia. Ciertamente diste el primer respiro para decirme "te extrañé". No había otra palabra que pensar y simplemente fue aquel dicho que más esperaba oir.